Conejo

(Oryctolagus cuniculus)



El conejo común o conejo europeo es una especie de mamífero lagomorfo de la familia Leporidae, y el único miembro actual del género Oryctolagus. Está incluido en la lista 100 de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Estado de conservación

Casi amenazado



Clasificación científica

Reyno: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Mammalia
Orden: Lagomorpha
Familia: Leporidae
Género: Oryctolagus
Especie: Oryctolagus cuniculus


Descripción



Se caracteriza por tener un cuerpo cubierto de un pelaje espeso y lanudo, de color pardo pálido a gris, cabeza ovalada y ojos grandes. Pesa entre 1,5 y 2,5 kg en estado salvaje. Tiene orejas largas de hasta 7 cm las cuales le ayudan a regular la temperatura del cuerpo y una cola muy corta. Sus patas anteriores son más cortas que las posteriores. Mide de 33 a 50 cm. en condiciones afables, incluso más en razas domésticas para carne. Todas estas características que posee esta especie en estado salvaje pueden variar significativamente según la raza.

Los machos tienen la cabeza más ancha que la de las hembras.

El conejo salvaje mide de 34 a 50 cm. (longitud cabeza y cuerpo), las orejas miden de 4 a 8 cm. Su peso varía de 1,2 kg a 2,5 kg. Posee una piel de color pardo leonado pelirrojo, a veces colorado que permite su camuflaje para evitar a sus depredadores.

La talla de conejos domésticos varía muchísimo de una raza a la otra. El más grande, el gigante de Flandes, puede alcanzar 8 kg. y 80 cm. de longitud pero el conejo ariete enano sobrepasa apenas 1 kg, a veces menos para los conejos extra enanos. La piel originalmente es gris beige - a veces con matices negros o pelirrojos - un vientre más claro y el fondo blanco de la cola (rabo), mientras que los conejos domésticos presentan colores muy variados, uniformes, degradados o moteados. Existen cerca de ochenta variedades.

Los dientes de un conejo, particularmente sus incisivos, crecen sin cesar. El conejo debe constantemente desgastar sus dientes con el fin de evitar que se vuelvan demasiado largos (lo que podría por otro lado herirle).

Distribución

Era abundante en el Paleolítico, a juzgar por los restos descubiertos en la Península Ibérica. En la actualidad, su área de distribución abarca el norte de África y toda Europa hasta Rusia, siendo introducido en muchos lugares del continente con motivos cinegéticos. A lo largo de la Historia también ha sido llevado al estado de Washington (Estados Unidos), Chile, Sudáfrica y Australia, donde los conejos cimarrones se han convertido en la principal plaga del país debido a la ausencia de depredadores y competidores naturales.

Hábitat

Vive en áreas secas próximas al nivel del mar con un suelo arenoso y blando para facilitar la construcción de madrigueras. Habitan en bosques aunque prefieren campos extensos cubiertos por matorrales donde pueden esconderse. Antiguamente también eran frecuentes en tierras de cultivo aunque los nuevos métodos de arado incluyen la destrucción de madrigueras de conejos. A pesar de ello, esta especie se ha adaptado a la actividad humana viviendo en parques, campos de césped o incluso cementerios. En ocasiones se encuentran en cultivos agrícolas donde se alimentan de lechuga, granos o raíces cuyo fin era la ingesta humana.

Comportamiento

El conejo es un animal gregario y territorial (territorios de menos de 15 m2, en ocasiones solo uno o dos). En óptimas condiciones de terreno y alimento prefieren vivir en largas y complejas conejeras o madrigueras. En ellas habitan de seis a diez individuos adultos de ambos sexos. La jerarquía de dominancia es importante en los machos ya que establece quién tiene prioridad para el apareamiento.

Animal de hábitos nocturnos y crepusculares, se alimenta desde que anochece hasta que amanece y pasa la mayor parte del día en sus madrigueras.

Habitualmente son muy silenciosos pero emiten fuertes chillidos cuando están asustados o heridos. Otros tipos de comunicación son los olores y el contacto físico.

Ante la presencia de un potencial depredador permanece inmóvil intentando pasar desapercibido antes de huir a la carrera hasta un refugio. Este comportamiento provoca muchos atropellos, especialmente durante la noche.

Golpean el suelo con sus patas traseras, y lo pueden hacer varias veces dependiendo de lo exaltados que estén, cuando se enfadan, tienen miedo o cuando las hembras no se dejan cubrir durante la reproducción.

Alimentación



La abundancia de la especie, se basa, además de en su capacidad reproductora, en su condición de fitófago con doble digestión, asemejándose a los rumiantes. En efecto, el conejo practica la cecotrofia, de modo que las heces blandas (cecotrofos), ricas en bacterias y proteínas, son reingeridas para un segundo tránsito digestivo. Estos excrementos son más frecuentes por las mañanas, cuando los animales se encuentran en reposo. Como otros lagomorfos, el conejo ha estado considerado mucho tiempo como un rumiante, con los que no tiene ninguna relación; ello se fundamenta en la observación del comportamiento del conejo, que pasa largas horas removiendo las mandíbulas de derecha a izquierda. En realidad, estos movimientos no se explican por la rumia sino por la alimentación en dos tiempos. Primero, el conejo digiere la hierba que consumió; la celulosa es digerida por las bacterias Anaerobacter a ácidos grasos volátiles que sirven de nutrientes. Resultado de ello son los cecotrofos, excrementos verde oliva, blandos y brillantes que el conejo toma de salida del ano y vuelve a ingerir. Los excrementos finales del conejo son de un marrón oscuro, más gruesos (7 a 12 mm de diámetro) y duros.

En general seleccionan plantas compuestas, leguminosas y gramíneas vivaces de escasa talla y con tendencia a formar céspedes. En invierno su régimen consta de tallos y cortezas de arbustos. Puede cavar la tierra para encontrar raíces, semillas y bulbos; también es capaz de escalar arbustos y matorrales para comer los más jóvenes retoños.

Un adulto consume de 200 a 500 gr de plantas al día. Cuando los conejos están presentes en densidad importante, su impacto sobre el medio es importante: traban la reproducción de ciertas especies de plantas pero también, en consecuencia, de animales.

Reproducción



Se considera que una hembra ha alcanzado su pubertad a las diez semanas de vida, aunque no resulta conveniente iniciar su vida reproductiva a esta edad, pues de lo contrario, la hembra no tendría su completo desarrollo corporal y su fertilidad se vería afectada en partos sucesivos, es por ello que se recomienda iniciar la vida reproductiva de las conejas cuando estas han alcanzado los 3 kg de peso aproximadamente (que corresponde a un 80 % de peso vivo adulto en razas productores de carne), o bien, cuando han cumplido los cuatro o cuatro meses y medio de edad. Son fértiles durante todo el año pero la mayor cantidad de nacimientos se dan durante la primera mitad del año. El periodo de gestación dura treinta y dos días y las camadas oscilan normalmente entre cuatro y doce individuos. Pueden tener varias camadas al año aunque los abortos espontáneos y la reabsorción de embriones son comunes, posiblemente debido al estrés al que esta especie está siempre sometida.

Los neonatos, llamados gazapos, nacen sin pelo y ciegos. La madre sólo los visita unos pocos minutos al día para cuidarlos y alimentarlos con su leche. Los pequeños son destetados a las cuatro semanas de vida y tanto machos como hembras alcanzan la madurez sexual hacia los 8 meses de edad. Aunque pueden llegar a vivir diez años, el 90 % de los ejemplares no supera el primer año de vida.

Gran parte del éxito reproductivo del conejo doméstico reside en la ovulación inducida, donde los óvulos sólo son liberados en respuesta a la copulación. Por otro lado, la placenta permite un alto grado de contacto entre la circulación materna con la de los fetos, al igual que la humana. Por esto mismo son muy útiles para el estudio de la embriología humana.

Domesticación



Se trata de un animal de relativamente reciente domesticación. En 500 a. C., en China, Confucio describe como sus antecesores domesticaban conejos para alimentación y ofrenda a sus dioses. Hay datos históricos que demuestran que los romanos en el siglo I a. C. ya mantenían conejos en cautiverio con el fin de producir carne. Entre el siglo VI y X, los monjes franceses comenzaron a seleccionar conejos para formar una línea descendente de mayor aptitud cárnica. Dichos monjes tenían por costumbre comer "laurines" en periodo de Cuaresma, ya que estaban incluidos en los "platos acuáticos". Así es como se inició la domesticación de los conejos en los monasterios al sur de Francia hace aproximadamente 1400 años, en ese momento los conejos silvestres estaban restringidos a la Península Ibérica con Oryctolagus cuniculus cuniculus y Oryctolagus cuniculus algirus; y en Francia colonizada Oryctolagus cuniculus cuniculus.

No obstante, sólo a partir del siglo XVI aparecen las primeras variaciones de la capa de pelaje del conejo y las primeras razas pioneras definidas.

Cuando los animales son domesticados se producen cambios a nivel morfológico, fisiológico, reproductivos y de comportamiento. Con los avances de las herramientas genéticas se podría investigar los cambios que sufren los animales en su comportamiento durante las fases de adaptación lo que les permitiera adaptarse y sobrevivir a las condiciones brindadas por el ser humano.Actualmente con el uso de las herramientas genéticas se ha iniciado el estudio de los cambios fenotípicos que los conejos han debido atravesar durante su proceso de domesticación. Es así que al comparar la genética de los animales salvajes de la Península Ibérica y Francia junto con los animales que ya han pasado por procesos de domesticación se ha estudiado el número de SNPs en sitios conservados no codificantes y secuencias codificantes así como la diversidad de nucleótidos dentro de las poblaciones de conejo salvajes. Lo que llega a sugerir a los investigadores de que el conejo es uno de los mamíferos más polimórficos que se han llegado a secuenciar hasta el momento, llegando a establecer que los conejos también haya podido sufrir un tipo de cuello de botella y una reducción de la diversidad genética durante la colonización a la Península Ibérica y el proceso de domesticación.


Zoológico de Vallarta A. C.

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